Los edificios parecen empujados hasta el mismo borde del precipicio en un ejercio de difícil equilibrio. Un poco más (quizas años o decenios, o siglos, quién sabe...)y caerán como juguetes ante la naturaleza. Bellas estampas a pleno sol de una gaviota patiamarilla refrescándose junto al blanco de la espuma salada, panorámicas de postal para el recuerdo, una cría de pez de tipo rajiforme varada en la arena, edificios sorprendentes...



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